El ambiente pesa mucho. Un ambiente contaminado, puede dañar seriamente nuestra salud. Hay contaminantes que la prensa menciona a menudo: El amianto de ciertos edificios. El plomo de ciertos alimentos. Y el humo del tabaco!. (...) Lo mismo que decimos de los productos tóxicos o contaminantes, pensando en la salud del cuerpo, lo podemos decir de las informaciones y de las personas tóxicas, pensando en la salud de la mente. (…).
Las circunstancias pesan mucho. Es decir, los
mensajes que nos llegan, y las personas con las que interaccionamos,
condicionan nuestro razonamiento!". (...) Como ya hemos dicho, hay
mensajes tóxicos que pueden alterar nuestra conducta. Hay personas tan tóxicas
que pueden hundirnos...
Hablando de los primeros, menciono dos situaciones
donde la toxicidad es inevitable: “El nacionalismo. Y la guerra”. (….). De
los movimientos nacionalistas, siempre se derivan mensajes contra un enemigo
más o menos real o más o menos fabricado. (..). Antes o durante las guerras
siempre se generan mensajes que implican o "ellos" o
"nosotros". Hay que elegir !. (....).
Pensando en las personas, menciono las más
nocivas: Las envidiosas, que no te acompañan cuando estás contento. Las
agresivas, que te contestan siempre muy bruscamente, y hacen que te sientas
mal. Los psicópatas, que te utilizan y dejan de invitarte cuando no te
necesitan.