Los menores sexualizados, con una capacidad inhibitoria aun inmadura, si además se desinhiben más bebiendo alcohol, se convierten en máquinas “peligrosas”. Y si forman una manada, su peligrosidad aumenta.(..).
Se sabe que el odio, y el instinto de caza unifican. Parece que la pulsión sexual también.
De los menores agresores de Badalona, Cataluña, podemos decir eso, y además, podemos decir , que la mayoría provienen de entornos desestructurados, Y donde el aire que más se respira, es el machista.
Cuando se aborda el problema, unos se centran en la represión: Retirarle a los padres la tutela. Modificar la ley, para que los menores de 14, sean imputables . Y otros se centran en la educación sexual y en la atención a los menores, cuyos padres no puedan ofrecer una tutela efectiva. Y otros mencionan una solución de más nivel: Que el sistema valide la edad del menor, analizando su cara, antes de acceder a esas páginas que educan mal.